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Este mes hemos estado compartiendo el tema de la confianza, de cómo confiar en Dios y podrás leer mi devocional de una entrevista de trabajo en este enlace Devocional de Proverbios




SALMOS 73
Solicite un trabajo como intérprete y luego de un mes de espera, para saber la respuesta, compañeras del trabajo que estaban a mí alrededor, habían solicitado nuevos trabajos, después de mí, y algunas solicitado trabajos para los cuales, ante los ojos humanos (ante mis ojos) no estaban calificadas para ellos. ¿Y Yo? Yo continuaba esperando, por ese nuevo trabajo. Realmente es fácil resbalar y caer viendo la prosperidad de otros. A mis ojos todas las otras mujeres eran, prosperadas, tenían nuevas oportunidades, pero yo continuaba en lo mismo, otras mujeres llegaban a ocupar las posiciones vacantes a mí alrededor, pero yo continuaba haciendo lo mismo.

En el salmo 73, Asaf el salmista, dice “Yo estuve a punto de caer, y poco me faltó para que resbalara.

Sentí envidia…”(V2-3ª) Cuando nos comparamos con otros, la envía sale a relucir, pero la verdad, ¿De qué tenemos envidia?.

Muchas veces nos entristecemos. Nos afligimos, por que no vemos que las cosas pasan con la rapidez que quisiéramos, nos acongojamos cuando las cosas no pasan en nuestro tiempo o a nuestra manera. El salmista dijo “Se me afligía el corazón y se me amargaba el ánimo, por mi necedad e ignorancia”. (V21-22 NVI). ¿Por la ignorancia y la necedad de qué?


Cuando el salmista entro en el templo de Dios, entonces recordó su futuro, recordó su llamado, recordó quien era en Dios. El dice “Pero yo siempre estoy contigo, pues tú me sostienes de la mano derecha. Me guías con tu consejo, y más tarde me acogerás en gloria. ¿A quién tengo en el cielo sino a ti? Si estoy contigo, ya nada quiero en la tierra. Podrán desfallecer mi cuerpo y mi espíritu, pero Dios fortalece mi corazón; él es mi herencia eterna” (V23-26).

Estando en la presencia de Dios el salmista recordó que las tribulaciones de esta tierra no son nada, comparadas con la gloria venidera. Que las cosas materiales no servirán de nada ente la gloria de Dios. Que Dios es el que fortalece nuestros corazones y que la herencia no está en la tierra, pero Junto con Cristo tenemos herencia eterna.


Finalmente el salmista nos recuerda para que fuimos creadas, cual es nuestro real propósito en esta tierra. “Para mí el bien es estar cerca de Dios. He hecho del SEÑOR Soberano mi refugio para contar todas sus obras” (v28). Bien no importa si todavía estoy en el mismo trabajo, me regocijare en Jehová, mi Señor y me redentor, y contare sus obras a las personas a mi alrededor.


Dios lo hace todo perfecto, hoy tengo la oportunidad de hablar a las mujeres en las nuevas posiciones acerca de Jesucristo, hoy tengo la oportunidad de hacer mi trabajo y hablar de Jesús en donde estoy.

Hoy podemos escoger compararnos con los demás, o podemos escoger entrar en el santo templo y recordar quienes somos, cual es nuestro propósito y de donde viene nuestro gozo.


RETO DE HOY

No estés afligida hoy por lo que pasa a tu alrededor, toma un poquito de tiempo, para estar en la presencia de Dios y recordar quién eres y cuál es tu verdadero trabajo en la tierra.

Hoy en lugar de compararnos o ver la prosperidad de otros enfoquémonos en hablarle a otra persona de las grandezas y maravillas de Dios y regocijémonos en que pronto Dios nos acogerá en su Gloria.


Abrazos.

Judith.

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