PRIMER PRINCIPIO


Los Siete Principios de la Mujer de Proverbios 31...

1. Cree en y ama a Jesucristo como Señor de su vida, sosteniendo una relación personal y continua con Él.




Me considero una persona práctica y auténtica. Como diría mi abuelita, al pan, pan y al vino, vino. Si bien disfruto de lo poético y lo filosófico en ciertas ocasiones, a la hora de encaminar mi vida, necesito claridad, dirección y simpleza. A veces, la palabra de Dios se presenta de forma tan complicada que me parece inalcanzable, pero como buena traductora que soy, escucho y traduzco a conceptos simples y prácticos de inmediata aplicación a mi realidad. Estoy segura de que El Señor desea que su palabra penetre en todos los corazones, los de los entendidos y los de los prácticos.

Es por eso que deseo desglosar un poquito este primer e importante principio de la mujer de Proverbios 31. Me voy a concentrar en dos partes: la primera delante de la coma y la segunda después de la coma. ¿Qué significa creer en Jesucristo y amarlo como Señor de mi vida? Parece simple, pero ¿cómo lo traduzco a mi vida?

Siempre me gustaron los niños. Desde pequeña, la gente me confiaba a sus niños para que los cuidara. En mi iglesia trabajo con niños pequeños y hasta ejerzo mi profesión en un hospital infantil. Por razones que mi intelecto es incapaz de apercibir, recientemente tuve que apoyar a varias de mis amigas durante difíciles momentos relacionados con la pérdida de sus hijos. Una perdió a su angelito a los 19 días de nacer, la otra lo perdió en medio embarazo y la otra detectó una posible complicación en el primer trimestre. Con lo que amo a los niños y dado que estas tres mujeres son muy buenas amigas mías, me ha resultado difícil asimilar esta triste realidad. A la vez, me siento con la responsabilidad de apoyar a mis amigas en una realidad que me cuesta entender, pero que de ningún modo deja de ser realidad. Dios no es injusto (Romanos 9:14), y “sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman […]” (Romanos 8:28). Pero entonces, ¿cómo?

En mi vida, este es el momento de creer en Él y amarlo como autoridad máxima, sabiendo que lo que veo con mi ojos terrenales, lo que siento en un corazón que aún no ha experimentado el amor de Dios en su máxima plenitud y lo que trato de entender con una mente finita, que es incapaz de captar más allá de este momento, no me permite ver el todo. Es como mirar por la hendija de una puerta. Si persisto y ayudo a mis amigas a persistir, del otro lado está la gloria. Saber, con total certeza, que lo que su palabra dice es más real que mi actual realidad, confiar que mi total entrega me llevará a la plenitud y el entendimiento, eso es lo que hoy por hoy en mi vida significa la primera parte de este principio.

Ahora bien, la segunda parte me habla de una relación personal y continua con Él. Creo que si el Señor estuviera físicamente entre nosotros, Él no tendría una página de Facebook (FB). ¿Se dieron cuenta de la superficialidad de las relaciones o “amistades” que se fomentan en ese foro? De ningún modo atino a decir que estoy en contra de Facebook, para nada. Creo que es increíble que podamos comunicarnos con gente que no hemos visto durante años y que ocuparon un importante lugar en nuestras vidas. ¡Qué maravilloso que esto sea posible! Lo que quiero decir es que una relación personal y continua, como la que Jesucristo desea y como la que nos conviene desarrollar con Él lleva tiempo y esfuerzo. Hay gente que tiene cientos de “amigos” en FB. Si intentaran desarrollar el tipo de relación de la que nos habla este principio con cada una de esas personas, esa gente necesitaría días de la duración de semanas y meses de la duración de años. Sería imposible acordarse de los detalles de todas esas otras vidas y lo cierto es que si no fuera porque el programa que les envía un recordatorio, ni siquiera se acordarían de la fecha de cada uno de sus cumpleaños.

Yo creo que la relación que debemos desarrollar con Dios es una que requiere más que un botón que nos ayude a decir que nos gusta lo que vemos. Es una relación en la que debemos invertir con cuerpo, mente y alma. Cuando una trabaja fuera del hogar, tiene niños y esposo a quien dedicarse, a veces resulta difícil “escaparse” para encontrarse con El Creador, pero es un escape que, de ser necesario, debe programarse de modo tal que nada ni nadie lo interrumpa ni impida. Admiro a quienes tienen un horario específico en el que se dedican a leer la Palabra. En mi caso, me levanto sabiendo que no me acostaré sin haberme dedicado a esta relación aunque sea por unos minutos. A veces leo por la mañana, a veces por la noche y hasta tengo la Biblia en audio para poder escuchar mientras manejo, hago compras, me doy un baño… hace unos años, copié versículos en papelitos de colores y los pegué por toda la casa. Aún tengo Salmos 139:14 pegado en el marco de un espejo que tengo en el cuarto—vestigio de un período difícil de mi vida durante el cual el enemigo intentó sacudirme tratando de convencerme de que mi vida no valía mucho. A veces admiro la belleza de las flores y verbalmente alabo a su Creador, a veces levanto la vista al cielo para admirar el amanecer y el atardecer y les hablo a los niños de su grandeza y su belleza. Para establecer una relación personal y continua hay que decidir tenerla como prioridad. Esto es para mí lo que la segunda parte del primer principio significa.

Natasha Curtis-© 2011 todos los derechos reservados

RETO DE HOY



Comienza hoy a tener una relación personal con Dios como nunca antes. Una relación continua. Has lo que por muchos días has dejado para mañana, comienza a hacerlo hoy, leer la biblia, estar en un estudio bíblico o de pronto orar, estar a solas con él en un determinado tiempo del día. No esperes para mañana, él te esta esperando HOY.

Abrazos,

JUDITH!

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