Cuando alguien nos faya es normal sentir dolor, pero lo que no está bien es dejar que ese dolor tome control de nosotros. Debemos aprender a dejar que el dolor salga de nuestros corazones y podamos continuar el camino. Reemplacemos nuestros sentimientos de dolor con palabras de afirmación que vienen de la palabra de Dios. Y recordemos que Dios puede usar esa situación para bien, pues... “ Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” Romanos 8: 28 (RVR1960)

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