CORAZON CONFIADO


Desde chicos estamos condicionados para compararnos con otra gente, si no tenemos cuidado podemos terminar yendo de una comparación a otra, pues es muy fácil para nosotros los seres humanos compararnos, mirar a los demás y dudar de lo que Dios ha puesto en nuestras vidas.


Es importante reconocer que compararnos con otros solo nos deja resultados negativos. Bien podemos pensar más de nosotros mismos o sentirnos inseguros, resentidos o celosos.

En el evangelio de Juan vemos que al igual que muchos de nosotros, Pedro comparó su viaje con el de otra persona. Cuando Jesús reveló que Pedro sería la mano de obra y, finalmente, moriría por el Evangelio, Pedro no se contentó con sólo conocer su propio destino, quería saber también de Juan:


—¡Sígueme!


20 Al volverse, Pedro vio que los seguía el discípulo a quien Jesús amaba, el mismo que en la cena se había reclinado sobre Jesús y le había dicho: «Señor, ¿quién es el que va a traicionarte?»21 Al verlo, Pedro preguntó:


—Señor, ¿y éste, qué?


22 —Si quiero que él permanezca vivo hasta que yo vuelva, ¿a ti qué? Tú sígueme no más.


23 Por este motivo corrió entre los hermanos el rumor de que aquel discípulo no moriría. Pero Jesús no dijo que no moriría, sino solamente: «Si quiero que él permanezca vivo hasta que yo vuelva, ¿a ti qué?» (Juan 21:20-22, Nueva Versión Internacional).
La vida de otras personas no deben ser nuestra prioridad. Por el contrario, sólo debemos estar preocupados por llevar a cabo el plan de Dios para nuestras vidas. El Señor ha puesto a cada uno de nosotros en un viaje único que progresa en su debido tiempo (Salmos 1:3). Al igual que Samuel, Timoteo, y Jeremías, algunos de nosotros encontraremos que nuestro destino se desarrolla a edades tempranas - pero, como Abraham, otros de nosotros podremos ver nuestra promesa de manifiesto en una etapa posterior en la vida.


Dios ha colocado en cada uno de nosotros un don diferente, especial y único, para ser usado en un momento y un lugar predeterminado. No somos más o menos que otros simplemente somos diferentes.


De cualquier manera, hay que "seguir adelante y ser lo que fuimos hechos para ser, sin envidia, o con orgullo sin comparamos con los demás, o tratando de ser algo que no somos" (Romanos 12:6).

Pero si de vez en cuando tu corazón pierde ánimo, cuando ves a otros, y necesitas una ayudadita para recordar quién eres en Cristo, te invito a que te registres al estudio bíblico que comenzaremos en Mayo en el Ministerio Proverbios 31. Visita nuestra página en Facebook “El Ministerio Proverbios 31” para más información.


Y mientras tanto: permaneced firmes en saber que Dios no te ha olvidado. Él tiene planeado algo especial para tu vida. Y si te mantienes fiel, Él te ayudará a llevarlo a cabo en el momento justo. Sin importar lo que pase con otros.


RETO DE HOY


Anímate a registrarte a nuestro próximo estudio Bíblico “Un Corazón Confiado”


"EL MINISTERIO PROVERBIOS 31"



Abrazos:


Judith H!

No hay comentarios.: