No sé porque me es más fácil ver a Dios en mis
situaciones más difíciles que en mis momentos de bendición.
Cuando mi carro se queda sin gasolina y encuentro a
alguien que hacía muchos años no veía y me ayuda a salir del apuro. Me es fácil ver la Pro-visión de Dios.
Cuando me sacan una muela y en medio de mi dolor gente
que hacía mucho no me llamaba se acuerda de mí. Puedo ver el amor de Dios diciendo
yo te cuido.
Cuando nuestro
carro se daña pero llega mi papa a visitarnos y nos deja usar su carro. Puedo
ver la mano de Dios mostrándome que el siempre suplirá mis necesidades
Cuando no tengo dinero para la comida y un vecino se
acerca con una canasta de alimentos para nosotros. Puedo ver que Dios está en
control de la más pequeña situación.
Pero ¿Porqué no veo la manifestación de Dios tan fácilmente
cuando estoy siendo bendecida sin las dificultades?
Creo que es porque estoy tan acostumbrada a la
bendiciones de Dios en mi vida que he olvidado valorarlas.
Me he acostumbrado tanto a tener un techo bajo el cual
dormir que olvido dar gracias a Dios por ello.
Me he acostumbrado tanto a tener un buen trabajo y mi
paga quincenal que he olvidado ver la mano de Dios como mi proveedor a través del
trabajo.
Me he acostumbrado tanto a la calefacción de mi casa
que he olvidado dar las gracias a Dios por la comodidad del calor en mi hogar,
cuando afuera hace frio.
Me he acostumbrado tanto a conversar con mi familia
por el teléfono diariamente, que he olvidado darle gracias a Dios por mi
familia y por la tecnología telefónica.
No es que Dios no se manifieste en nuestras vidas
diariamente. Es que a veces olvidamos verlo todos los idas en nuestros buenos
idas y en los momentos de dificultad.
EL RETO DE HOY
Abramos nuestros ojos espirituales y vemos la manifestación
de Dios en nuestra vida diaria.
Abrazos.
Judith.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario