¿Que hacer cuando
nos enojamos y queremos explotar?
Tenía una
entrevista de trabajo a las 12 pm y alguien me recogería antes de las 12, para
llevarme, yo le llame a esa persona las 11:20 para que tuviera suficiente
tiempo para arreglarse y venir por mí. Pero para mi sorpresa no llego sino
hasta las 12:10 luego yo había ponchado en mi trabajo faltando 5 para las 12
eso quiere decir que ya llevaba 15 minutos de mi almuerzo y tendría que
regresar antes de una hora. Mas el
tiempo para llegar a la entrevista, serian las 12:25 para una cita que llevaría
una hora y regresaría tarde a trabajar. Entonces para que ir, si no me daba
suficiente tiempo. Así que no fui.
!Me sentí tan
frustrada! E inmediatamente pensé como reaccionar ante esta situación. Primero me
enojaría tanto, tanto que no podría del mal genio ni conmigo misma, por no
buscar otra forma de hacer las cosas, sin depender de nadie. Luego me
enojarías con esa persona que no llego a tiempo y cuando llegara, me aseguraría
de gritarle en la cara unas cuantas verdades. Me aseguraría de gritarle lo
importante que era esa entrevista para mí, lo importante que era llegar a esa
cita a tiempo. Luego si pudiera tiraría
la puerta del carro o de la casa y me iría a un lugar a solas y me pondría a
llorar.
A llorar de la
ira, a llorar de la frustración a llorar de la tristeza que lo que es
importante para mí, no sea importante para los demás. Conozco cada una de estas emociones porque
esas mismas emociones me controlaban a mi cuando no tenía a Dios. Y aun después de que le recibí en mi corazón esas
emociones me controlaron por varios años.
Pero un día descubrí que enojarme no me ayuda para nada. No me ayuda en
mi salud, no me ayuda a solucionar el problema, no me ayuda con la relación con
las otras personas, no me sirve para nada.
Y aprendí que si
le digo Dios, gracias porque de pronto me estas salvando de algo, o le doy
gracias por que no es un problema como la muerte y si no es la muerte,
cualquier problema tiene solución. Y le
doy gracias a Dios por que aun con ese imprevisto El está bajo control. Entonces respiro, le doy gracias a Dios y le
pido que me dé una salida.
Me enojo, claro
que me enojo, me pongo triste, claro que me pongo triste, pero la diferencia
ahora es que no dejo que mis emociones me controlen, con la ayuda de Dios
ahora, yo controlo mis emociones.
Que hice, llame a
la persona de la cita y le dije que tuve problemas con la transportación, que
por favor me dieran otra oportunidad, otra cita. Si no me dan otra cita le daré
gracias a Dios, porque me libro de ese trabajo, y si me dan la cita, le daré
gracias a Dios por que se que El está en control.
Amigas, el
malgenio no nos lleva a ninguna parte y daña nuestras relaciones con las otras
personas que están a nuestro alrededor.
RETO DE HOY
Únete con migo hoy a pedirlé a Dios que nos
ayude a no ser de mal genio. Y recordar, que nada de lo que planeamos en esta
vida será como lo planeamos, especialmente si dejamos a Dios tomar control
sobre nuestra vida.
Abrazos.