A MI TIO ALVARO

Hay varios recuerdos que vienen a mi mente cuando hablo de mi tío Álvaro (+), cuando era chica lo conocía como el tío que vivía en los estados unidos, sabia que vivía allí, que era el hijo lejano al cual mi abuela adoraba, luego cuando mi abuela murió, lo conocí.

Después de los años, mi tío, su esposa y sus hijos nos dieron la oportunidad de un nuevo comienzo, en su hogar. Yo se que el a mi no me esperaba, sino solo a mi mama, y menos a juanita esa niña traviesita. Fueron solo tres meses, el comienzo de nuestra amistad. Tres meses difíciles, sin mucho de que hablar. No puedo decir si fue un buen hombre o un mal hombre, un buen esposo o un mal esposo, un buen o mal papa, eso le toca a Dios. Pues a Dios le toca juzgar.

Pero si puedo decir que aunque era cascarrabias y no se sabía expresar demostraba su cariño en su forma natural. Mientras estamos en esta tierra todos tratamos de hacer lo mejor, aunque lo mejor no siempre sea suficiente para los demás. Aunque al principio tuvimos diferencias, con el tiempo nos aprendimos a aceptar y siempre estará en mi corazón que ese hombre fue el que Dios uso para darme una vida mejor.

Le doy gracias a Dios por su vida. Y aprovecho la oportunidad para agradecer a su esposa por su dedicación, por su amor y fidelidad a mi tío a Álvaro Barragán.

Ahora recuerdo mi tío como el hermano de mi mama, que abrió las puertas de su casa y de su corazón para darnos la oportunidad de comenzar en otro lugar y mi corazón siempre estará agradecido, y ese será el sentimiento que siempre me acompañara, agradecimiento por mi tío, cuando lo vuelva a recordar.

Hay una canción bien conocida en Colombia, que dice “Nadie es eterno en el mundo…” Pero para nosotros los que creemos en Dios, y en Jesucristo siendo este la primicia de la resurrección, solo nos queda la esperanza de saber que un día, nos vamos a encontrar y en la eternidad estaremos juntos otra vez, con nuestro padre Celestial.

Judith!