En nuestro programa de radio (www.proverbios31.org) hablamos de esas
veces en las que no sabemos qué orar o que decir delante de Dios.
No es malo quedarnos en silencio y estar allí, sin
decir nada. Solo colando nuestro corazón
en las manos de Dios.
Hace poco tuve una de esas oraciones. Claro puede
pasar por que estas abrumada con la vida, tienes tantas cosas, o te sientes tan
bajo, que no sabes cómo comenzar. Y usualmente esa es la forma como nos
sentimos cuando llegamos a estas oraciones silenciosas.
Sin embargo el otro día, llegue delante de los pies de
mi Señor, no por estar triste y confundida, o abrumada y sobrecargada por la
vida. Por el contrario. Dios se mostro de una manera tan maravillosa en la vida
de mi esposo y la mía. Nos dio más de lo que estábamos pidiendo, es más nos dio
lo que ni siquiera estábamos pidiendo. Y solo pude quedarme quieta, observando
mirando, disfrutando, y llorando del gozo que me dio el poder recibir la
bendición de Dios en nuestras vidas.
Solo pude quedarme allí, quieta, sin hablar, sin
susurrar y ni siquiera podía escuchar. Solo podía ver y contemplar y finalmente
luego de que mis lagrimas corrieron por mi mejilla por un rato, poder en mi
corazón decir gracias.
Gracias Dios.
Gracias!.
De pronto
hoy tú necesitas hacer una de esas oraciones silenciosas en las que no le dices
nada a Dios por tu situación y circunstancias que estas pasando, o simplemente
es un día de quedarnos quietas por un minuto y entregar nuestro corazón a Dios.
Ya sea nuestro corazón roto y destrozado o nuestro corazón alegre y agradecido.
RETO DE HOY
Toma unos
minutos de tu día hoy, y has esa oración en silencio que tu corazón y tu espíritu
necesitan.
Judith!
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